X

 
 

[ Pobierz całość w formacie PDF ]

incendiado la pieza del hotel y ha salido corriendo desnudo por los pasillos. Tanto
�l como D�d�e han resultado ilesos, pero Johnny est� en el hospital bajo vigilancia.
Le he mostrado la noticia a mi mujer para alentarla en su convalecencia, y he ido
en seguida al hospital donde mis credenciales de periodista no me han servido de
nada. Lo m�s que he alcanzado a saber es que Johnny est� deliranndo y que tiene
adentro bastante marihuana como para enloquecer a diez personas. La pobre D�d�e
no ha sido capaz de resistir, de convencerlo de que siguiera sin fumar; todas las
mujeres de Johnny acaban siendo sus cómplices, y estoy archiseguro de que la
droga se la ha facilitado la marquesa.
OO En fin, la cuestión es que he ido inmediatamente a casa de Delaunay para
pedirle que me haga escuchar Amorous lo antes posible. Vaya a saber si Amorous
no resulta el testamento del pobre Johnny; y en ese caso, mi deber profesional...
OO Pero no, todav�a no. A los cinco d�as me ha telefoneado D�d�e dici�ndome que
Johnny est� mucho mejor y que quiere verme. He preferido no hacerle reproches,
primero porque supongo que voy a perder el tiempo, y segundo porque la voz de la
pobre D�d�e parece salir de una tetera rajada. He prometido ir en seguida, y le he
dicho que tal vez cuando Johnny est� mejor se pueda organizar una gira por las
ciudades del interior. He colgado el tubo cuando D�d�e empezaba a llorar.
EL PERSEGUIDOR 18
LecturasPDF_______________________________________________________________________________________________
OO Johnny est� sentado en la cama, en una sala donde hay otros dos enfermos que
por suerte duermen. Antes de que pueda decirle nada me ha atrapado la cabeza con
sus dos manazas, y me ha besado muchas veces en la frente y las mejillas. Est�
terriblemente demacrado, aunque me ha dicho que le dan mucho de comer y que
tiene apetito. Por el momento lo que m�s le preocupa es saber si los muchachos
hablan mal de �l, si su crisis ha da�ado a alguien, y cosas as�. Es casi in�til que le
responda, pues sabe muy bien que los conciertos han sido anulados y que eso
perjudica a Art, a Marcel y al resto; pero me lo pregunta como si creyera que entre
tanto ha ocurrido algo que bueno, algo que componga las cosas. Y a1 mismo
tiempo no me enga�a, porque en el fondo de todo eso est� su soberana indiferencia;
a Johnny se le importa un bledo que todo se haya ido al diablo, y lo conozco
demasiado como para no darme cuenta.
OO -Qu� quieres que te diga, Johnny. Las cosas podr�an haber salido mejor, pero
t� tienes el talento de echarlo todo a perder.
OO -S�, no lo puedo negar -ha dicho cansadamente Johnny-. Y todo por culpa de
las urnas.
OO Me he acordado de las palabras de Art, me he quedado mir�ndolo.
OO -Campos llenos de urnas, Bruno. Montones de urnas invisibles, enterradas en
un campo inmenso. Yo andaba por ah� y de cuando en cuando tropezaba con algo.
T� dir�s que lo he so�ado, eh. Era as�, f�jate: de cuando en cuando tropezaba con
una urna, hasta darme cuenta de que todo el campo estaba lleno de urnas, que hab�a
miles y miles, y que dentro de cada urna estaban las cenizas de un muerto.
Entonces me acuerdo que me agach� y me puse a cavar con las u�as hasta que una
de las urnas quedó a la vista. S�, me acuerdo. Me acuerdo que pens�: "Esta va a
estar vac�a porque es la que me toca a m�." Pero no, estaba llena de un polvo gris
como s� muy bien que estaban las otras aunque no las hab�a visto. Entonces...
entonces fue cuando empezamos a grabar Amorous, me parece.
OO Discretamente he echado una ojeada al cuadro de temperatura. Bastante
normal, qui�n lo dir�a. Un m�dico joven se ha asomado a la puerta, salud�ndome
con una inclinación de cabeza, y ha hecho un gesto de aliento a Johnny, un gesto
casi deportivo, muy de buen muchacho. Pero Johnny no le ha contestado, y cuando
el m�dico se ha ido sin pasar de la puerta, he visto que Johnny tenia los pu�os
cerrados.
OO -Eso es lo que no entender�n nunca -me ha dicho-. Son como un mono con
un plumero, como las chicas del conservatorio de Kansas City que cre�an tocar
Chopin, nada menos. Bruno, en Camarillo me hab�an puesto en una pieza con otros
tres, y por la ma�ana entraba un interno lavadito y rosadito que daba gusto. Parec�a
hijo del Kleenex y del Tampax, cr�eme. Una especie de inmenso idiota que se me
sentaba al lado y me daba �nimos, a m� que quer�a morirme, que ya no pensaba en
Lan ni en nadie. Y lo peor era que el tipo se ofend�a porque no le prestaba atención.
Parec�a esperar que me sentara en la cama, maravillado de su cara blanca y su pelo
bien peinado y sus u�as cuidadas, y que me mejorara como esos que llegan a
Lourdes y tiran la muleta y salen a los saltos
EL PERSEGUIDOR 19
LecturasPDF_______________________________________________________________________________________________
OO -Bruno, ese tipo y todos los otros tipos de Camarillo estaban convencidos. �De [ Pobierz całość w formacie PDF ]

  • zanotowane.pl
  • doc.pisz.pl
  • pdf.pisz.pl
  • burdelmama.opx.pl
  • Drogi uĹźytkowniku!

    W trosce o komfort korzystania z naszego serwisu chcemy dostarczać Ci coraz lepsze usługi. By móc to robić prosimy, abyś wyraził zgodę na dopasowanie treści marketingowych do Twoich zachowań w serwisie. Zgoda ta pozwoli nam częściowo finansować rozwój świadczonych usług.

    Pamiętaj, że dbamy o Twoją prywatność. Nie zwiększamy zakresu naszych uprawnień bez Twojej zgody. Zadbamy również o bezpieczeństwo Twoich danych. Wyrażoną zgodę możesz cofnąć w każdej chwili.

     Tak, zgadzam się na nadanie mi "cookie" i korzystanie z danych przez Administratora Serwisu i jego partnerĂłw w celu dopasowania treści do moich potrzeb. Przeczytałem(am) Politykę prywatności. Rozumiem ją i akceptuję.

     Tak, zgadzam się na przetwarzanie moich danych osobowych przez Administratora Serwisu i jego partnerĂłw w celu personalizowania wyświetlanych mi reklam i dostosowania do mnie prezentowanych treści marketingowych. Przeczytałem(am) Politykę prywatności. Rozumiem ją i akceptuję.

    Wyrażenie powyższych zgód jest dobrowolne i możesz je w dowolnym momencie wycofać poprzez opcję: "Twoje zgody", dostępnej w prawym, dolnym rogu strony lub poprzez usunięcie "cookies" w swojej przeglądarce dla powyżej strony, z tym, że wycofanie zgody nie będzie miało wpływu na zgodność z prawem przetwarzania na podstawie zgody, przed jej wycofaniem.